
Osteopatía
“Encontrar la salud debe ser el objetivo del terapeuta, cualquiera puede encontrar la enfermedad.”
La Osteopatía aborda la salud y la atención del paciente de manera holística, entendiendo al cuerpo humano como una única unidad tanto en su parte física, como bioquímica y emocional.
Se basa en buscar el origen y el por qué del problema, trata a la persona en su totalidad y no únicamente sus síntomas.
La normalidad, es la salud.
Nuestro cuerpo está preparado para adaptarse y así lo hace constantemente sin que nos demos cuenta. Cuando aparece el dolor, es porque nuestro cuerpo ha superado su capacidad de adaptación y no ha podido adaptarse más.
El dolor es el mecanismo de alerta que posee el cuerpo para avisarnos de que algo no está funcionando bien y debemos escucharlo.
Gracias a esta capacidad adaptativa que posee el cuerpo humano, frecuentemente no somos conscientes de que el origen del dolor, no siempre es dónde duele.
Podemos encontrarnos en consulta dolores de rodilla sin causa ni traumatismo aparente, derivadas de una cadena lesional de adaptación después de padecer un cólico nefrítico, o dolores cervicales producidos por una afectación del nervio frénico debido a una congestión hepática o un problema en el diafragma.
Son dos ejemplos bastante comunes que nos permiten ver la importancia de buscar y diagnosticar bien el origen del dolor. Porque si no liberamos bien el riñón y las adaptaciones mecánicas que ha generado el cólico nefrítico, por mucho que tratemos únicamente la rodilla, el dolor no va a desaparecer. Lo mismo sucede en el caso del dolor cervical. Si no hacemos un trabajo sobre hígado y diafragma primero, el dolor cervical será recurrente.


Por ello, la Osteopatía entiende que la estructura (anatomía) y la función (fisiología) están completamente interrelacionadas. De tal manera que, únicamente mediante la terapia manual, se enfatiza en estas interrelaciones existentes entre estructura y función y en la capacidad curativa, de autodefensa y autorregulación del propio cuerpo humano.
Según sobre qué tejidos se actúe,
podemos clasificar la Osteopatía en 3 áreas de abordaje:
Estructural:
Dirigida al sistema músculo-esquelético.
Visceral:
Orientada a actuar sobre todos los tejidos que participan y aseguran el funcionamiento orgánico y visceral.
Cráneo-sacral:
Mediante técnicas manuales se libera y facilita el movimiento intrínseco de las estructuras craneales y de todo el conjunto cráneo-sacro.
La Osteopatía aborda la salud y la atención del paciente de manera holística, así que todos estos sistemas deben estar en equilibrio para que nuestro organismo funcione bien.
La combinación y el abordaje global de estas 3 áreas de trabajo nos permite personalizar e individualizar el tratamiento a cada paciente. No puede haber dos tratamientos iguales porque cada paciente es único (en sí mismo, en su sintomatología, en su historia…).
Indicaciones de la Osteopatía:
Afectación osteoarticular y músculo-esquelética: Cervicalgias, dorsalgias, lumbalgias, radiculopatías, tortícolis, latigazo cervical, caídas, ciáticas, discopatías, esguinces, tendinopatías,…
Cefaleas y migrañas.
Vértigos, mareos y acúfenos.
Alteraciones digestivas: Cólon irritable, gastritis, estreñimiento, reflujo, digestiones pesadas, hernia de hiato,…
Postoperatorios, cicatrices.
Afectación genito-urinaria: Cistitis, dolor menstrual, menstruaciones irregulares, amenorrea, dispareunia, incontinencia urinaria, embarazo, pre y postparto…
Alteraciones del sistema respiratorio: Asma, tos, bronquitis,…
Articulación temporomandibular (ATM): Bruxismo, bloqueo mandibular, luxación, sub-luxación, chasquido, dolor articular…
Trastornos psicológicos: Ansiedad, estrés…


Preguntas frecuentes
La sesión se divide en 3 partes. En primer lugar realizamos una anamnesis detallada: Formulamos una serie de preguntas para conocer al paciente y su historia clínica. Seguidamente realizamos una valoración: Testamos y valoramos el cuerpo para encontrar las disfunciones, determinar el origen del dolor y entender aquello que el cuerpo nos quiere hacer saber. Por último, aplicamos el tratamiento osteopático acorde con la anamnesis y la valoración previa realizada.
No, no es necesaria una visita médica para poderte tratar. El osteópata está formado para valorar al paciente en su totalidad y poder dar un diagnóstico osteopático acorde a los síntomas que presente el/la paciente. No obstante, si el terapeuta lo considera oportuno y en función del resultado de las observaciones y valoración inicial, el/la paciente puede ser derivado al médico para la realización de pruebas complementarias, para consultar la opinión de un médico especialista o incluso a urgencias si fuera necesario.
Después del tratamiento osteopático puedes notar más cansancio, aumento de la necesidad de sueño, afloración de emociones (ganas de llorar), sensación de aturdimiento, aumento de los síntomas durante las primeras horas, alteraciones digestivas (diarrea) o aparición de antiguas molestias. Todo esto puede sucedernos o no y no debemos asustarnos ya que forma parte de la autocuración de nuestro propio cuerpo.
Sí, si tenemos pruebas de imagen no debemos olvidarnos traer las pruebas y los informes de los radiólogos, cuanta más información mejor.
Cada paciente y cada patología es diferente por eso en la primera visita y después de la anamnesis y la valoración previa, determinamos qué tratamiento necesitará cada paciente de forma individual y en función de la evolución se irá adaptando el tratamiento. Los tratamientos osteopáticos no se realizan cada semana, ni varias veces por semana. Necesitan que el cuerpo se adapte y se reajuste a los cambios que le hemos propuesto en la sesión, así que necesitamos mínimo que pasen 2-3 semanas para poder volver a tratar.
¡Por supuesto que sí! El osteópata te puede ayudar tanto cuando tienes un problema, como en la prevención de este. Acudir al osteópata un par de veces al año nos ayudara a mantener y a preservar nuestra salud.
No es recomendable realizar una sesión de osteopatía si tenemos fiebre, padecemos un proceso vírico o estamos tomando antibiótico.
Acudir a consulta de osteopatía NO supone ningún riesgo. Valoramos y trabajamos siempre respetando los tejidos y adaptamos nuestra manera de trabajar a las particularidades de cada persona. Igual que cuando tienes dolor de muelas debido a una caries acudes al odontólogo y no esperas que el dolor remita, puedes acudir al osteópata cuando tengas dolor físico agudo sin esperar que se pase primero.
Actualmente ya hay algunas mutuas que dan la opción de contrareembolso. Esto significa que el paciente paga la visita, y, presentando la factura, la mutua te reembolsa un porcentaje. Por eso, te recomendamos que lo consultes con tu mutua.